Artículo analiza cómo el crecimiento del evangelismo en América Latina está transformando a estos grupos en poderosas fuerzas políticas y sociales | Contraeditorial
El crecimiento del evangelismo neopentecostal en América Latina y otras regiones está transformando a estos grupos en potentes fuerzas políticas. En países como EE. UU., Brasil y Argentina, los pastores evangélicos forman alianzas con políticos para garantizar su influencia, dictando contenidos educativos y recibiendo recursos estatales. Este fenómeno, que Ariel Goldstein llama un "plan de poder," promueve valores tradicionales sobre familia y educación sexual, desafiando derechos como el aborto y la homosexualidad. Simultáneamente, movimientos feministas como el #MeToo en EE. UU. confrontan el patriarcado, creando tensiones en la agenda pública y revelando cambios significativos en la política contemporánea.